La humanidad siempre ha sido causante de situaciones que alteran el orden de las cosas. Y dentro de este caos siempre debe existir un balance que regrese todo al estado de equilibrio. Por eso aparecen con cada problema, generaciones que parecen ya traer en la sangra el estilo de vida que promete cambiar la situación actual. Con el calentamiento global aparecieron muchos vegetarianos, con las guerras en Estados Unidos se extendió la filosofía oriental en occidente, por mencionar algunos movimientos, y finalmente, con el alza de la producción de basura apareció la corriente Cero Desechos, que busca llevar un estilo de vida basado en materiales naturales, en el reciclaje y en la reducción de demanda de materias primas contaminantes.
Entre más aumenta la población, más aumenta la cantidad de recursos necesitados. Esto va de la mano con la búsqueda de materias primas que sean de bajo costo, que sean estériles y duraderas, lo que se traduce simplemente a “plástico”. Este invento no parecía tan mala idea: no se echa a perder y puede durar una vida entera. Pero el problema surgió en la idea que caracteriza al siglo XXI de usar y desechar. Tanto las ideas como los productos son de sólo un uso para después pasar a lo más nuevo, y se repite de nuevo el ciclo. El plástico es indispensable para los avances tecnológicos que se han desarrollado hasta ahora, pero el problema radica en que millones de personas lo usan para luego desecharlo. Este material se degrada en 150 años, a comparación de los materiales naturales que pueden tardar entre 1 mes y 10 años en descomponerse. 7450 millones de personas están descartando plástico cada día, lo que termina acumulándose, hasta llegar al punto de interferir en los ciclos biológicos, afectando no sólo a la población humana sino a todo tipo de animales y vegetales.
Cada individuo tiene poder de acción, y esto es lo que nos enseñan las personas Cero Desechos. Poco a poco se va a sumar más gente a este movimiento de vida más sustentable, hasta que un día la basura acumulada ya no sea un problema para nuestro planeta.