El singular aspecto geomórfico de la ciudad, con grandes morros (cerros) y vastas porciones de vegetación mezclándose con grandes edificaciones, contribuyó a que la división de clases en los distintos barrios mostrara límites poco claros: existe...
El singular aspecto geomórfico de la ciudad, con grandes morros (cerros) y vastas porciones de vegetación mezclándose con grandes edificaciones, contribuyó a que la división de clases en los distintos barrios mostrara límites poco claros: existe un gran número de favelas en barrios de clase media y alta, a pocos metros de suntuosas propiedades.
En 2004, Río de Janeiro tenía en su territorio 750 favelas, que representaban un área total de 42,89 km². Durante los cinco años anteriores, el área de ocupación de asentamientos informales creció en un 3,5%.