Dios, versión Beta 2.1
El desarrollo tecnológico avanza más rápido que nuestra capacidad de pensar el mundo, de comprendernos como especie, de darle sentido a la vida. El nivel de conocimientos y habilidades es muy superior a nuestra sabiduría. Esto es un problema que puede hacer crisis en el correr de éste siglo poniéndonos en peligro. Se puede hacer conciencia de la situación y renovar nuestras ideas acerca de dios, del pensamiento mágico y de la religiosidad dejando de lado lo sobrenatural y apoyándonos en el pensamiento científico. Necesitamos superar el déficit de espiritualidad para manejar el poder tecnológico y el consumo sin comprometer el futuro.
En 1990 un amigo suyo citó a un filósofo que afirmaba que si la humanidad no era capaz de inventar un nuevo Dios, no pasará del siglo XXI. Esta frase le dio el puntapié para investigar y elaborar su propio ensayo al respecto.
Trabajá en UNESCO (París) y en el BID, e hizo un posgrado en Harvard. Asesor de la Organización Internacional para las Migraciones de Naciones Unidas y del contador Enrique Iglesias, para quién dirige actualmente el proyecto Uruguay+25.